jueves, 20 de junio de 2013

BEIRUT







30/05/2013

La elegancia de Oriente próximo

Salimos por la mañana no demasiado temprano.Yo con el corazón encogido por las malas nuevas que me llegaron desde España la noche antes.A mi que me preocupaban las noticias sobre la seguridad en la ciudad, nada importaba, al volver la vida a darme un severo palo.Y ya van unos cuantos.
No obstante, el viaje era obligatorio, con pocas ganas, tenía que salir del país por el tema del visado, y estaba pagado.Continuación de los anteriores viajes por la zona, volábamos a la mítica BEIRUT.

Despues de un apacible viaje en avión, el descenso va acompañado de un viraje sobre el mar que coloca mi ventanilla ante la ciudad que se alza ante mi sobre acantilados.Curiosa vista de una ciudad que se muestra orgullosa.

Jose y yo tomamos un taxi, y en un poco tiempo estamos entrando por el sur de la ciudad.El aspecto que presenta es el de cualquier ciudad de nuestro entorno.Calles empinadas, gente vestida con ropa occidental,...esto es otra cosa.

Nos hopedamos en Hamra, un bullicioso barrio, lleno de comercios, restaurantes,...caminamos calle abajo y nos topamos con la Universidad Americana, un conjunto de elegantes edificios de aspecto clásico, con frondosos árboles, detalles orientales en la fachada principal,...Que delicia pasear por estas calles.Se respiran aires de otra época, de otro lugar, y al mismo tiempo es todo tan familiar.

Seguimos en paralelo a la costa que se adivina entre las callejas.Así nos acercamos al corazón de la ciudad.Vemos las primeras iglesias.La que mas nos gusta es la de los Capuchinos.Antes, pasamos por la puerta de una sinagoga.Estos detalles hacen mas grande al lugar.

Apreciamos mucha vigilancia.en cada esquina un puesto militar.El soldado de turno armado hasta los dientes, chaleco antibalas, y el dedo en el gatillo.Aun así, es tal la paz que transmite la ciudad, que no altera nuestra tranquilidad.

Algún edficio se alza todavía con sus cicatrices en la fachada.Restos de balazos, de una guerra no muy lejana, y espero, que no sea presagio de ninguna otra.Se antoja difícil poder esquivar futuros conflictos con la presión de Siria y de Hizbullah.Su ubicación es perfecta para no permanecer ajena.

Al llegar al centro de la ciudad, nos encontramos la Plaza de L´Etoile, con su torre del reloj, y sus preciosas calles aledañas.Todo reconstruido, limpio,ordenado, elegante.Usaré mas de lo debido esa palabra cada vez que hable de Beirut.Pero eso es lo que me pareció.Una vieja Dama,castigada mas de lo que merece.Pero que no ha perdido su señorío,su dignidad, su porte.

Se notan los esfuerzos por levantarse.Se nota el orgullo de un pueblo.El trabajo, las cosas bien hechas.Saboreamos cada centimetro de este paseo.Y quedamos admirados por la belleza de la Mezquita de Al Amin, con su cúpula azul.La iglesia de San Jorge, las ruinas romanas,...




Para retirarnos a nuestro cuartel,paramos un taxi.Lo asombroso es ver el interior ocupado.Pregunta del taxista:¿hacia dónde vais?.Si le pilla de paso te coge.Si no, tambien.Cómo ellos se encargan de explicarte cuando les preguntas por lo de compartir taxi, con el precio de la gasolina, con carreras individuales no llega.Tampoco ayuda, a mi modo de ver, el pactar precios y regatear, ya que entre el lío de la moneda(asusta ver los precios en libras libanesas:70.000,45.000,...)y que te acaban diciendo lo que vale en dolares, no sabes si has hecho buen trato o no.Creo que ellos tampoco.

Lo cierto es que altamente recomendable ir en taxi.No solo por evitar las miles de cuestas arriba, tambien por lo entretenido de las conversaciones con los taxistas.Los beirutíes son amables, abiertos,habladores,muy mediterraneos.Mete por tanto en un coche a españoles y un beirutí, y la charla está garantizada.

Despues de cenar, nos acercamos por los locales de Hamra para tomar algo, y la ciudad nos muestra la cantidad de vida que acapara, incluso la noche de un jueves.Terrazas, bares, locales con alegría y gente de todas las edades.Coincidimos con un grupo de españoles que trabajan en la embajada.

Al día siguiente nos ponemos en marcha en dirección al mar, el objetivo es er la Pigueon Rock, un inmenso peñón frente a las costas de Beirut con una peculiar forma.Las vistas son espectaculares y la brisa del Mediterraneo se agradece cuando nos acompaña.

Despues nos vamos al Museo Nacional.tesoros de la antigua Fenicia, esculturas,tumbas romanas y egipcias.Un museo perfectamente dispuesto,con auténticas joyas.Los mosaicos me atrapan, siempre me fascinaron.Algunos están practicamente completos, con casi todas sus tesalas.Que pena que las circunstancias del país no aconsejen viajar por el interior.Pero nos quedamos con ganas de visitar Baalbek y su templo a Neptuno.

Comemos muy bien en un precioso y moderno local, en el que no se puede beber alcohol,no por un tema religioso, si no por que está en el terreno del hospital.Pero no pasa nada,corono la comida con un té bombay helado  con canela en rama y estrellas de anís.Tremendo.

Es un país lleno de historia y tesoros.Habrá que volver, terminar de ver tantísimas cosas.Me llevo el sabor de un lugar especial, el auténtico medio oriente.Resuena en mi cabeza la música de Fairuz, la gran dama de la canción libanesa.Transmite la esencia de la ciudad, a ratos occidente, a ratos oriente, unas veces moderna, otras decadente.A la sombra de los cedros,ondeando entre blanco y rojo.
Mar salama...


1 comentario:

  1. Muy poético el relato y con buenas referencias, te vas a convertir en un gran escritor de viajes y experiencias.

    Por cierto qué noticia te dieron? El comienzo me ha dejado un poco plof...

    Espero que no sea nada y sigas llevándolo lo mejor posible.

    Un abrazo.

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