AL´ TAIF

13/06/2013


La ciudad de las montañas

Aunque uno se imagina Arabia como un lugar plano, nada mas lejos de la realidad.Son muchas las cadenas montañosas que puedes encontrarte.A unos 30 km de Meca, lugar que,por cierto, no puedes atravesar si no eres muslim, se encuentra una ciudad en lo alto de unas montañas a unos 1.800 metros sobre el nivel del mar.

Como digo, haciendo un pequeño rodeo a Meca, llegas a los pies de una sierra, en cuya ladera, una carretera sube zigzagueando, de izquierda a derecha , pasando por debajo de un teleférico.Y es que,por lo que parece, este es un sitio de ocio.Bueno, lo que aquí se entiende por ocio.Además de haber sido siempre la residencia de verano de la familia real, sobre todo por que está no demasido lejos de la capital Riyahd y además,aquí arriba la temperatura puede bajar 10 grados.Cuando las máximas abajo son 40, se agradece.

En lo alto de la montaña, esperando a los visitantes y lo que tienen para ofrecer de comer, vemos sentados a los monos.Empiezo a pensar que hay mas monos que camellos.Con sus culos rojos y pelados de mandril, estos simpaticos animales se convierten en la atracción mas exitosa,ya que la gente deja los coches en cualquier parte para bajar a darles de comer en la mano.

La ciudad es una mas, pero salta a la vista que es mas ordenada y limpia que Jeddah.Jardines con los setos recortados, arbolitos y zonas de recreo.Algun edificio de arquitectura tradicional, y un fuerte otomano que no logramos ver.Otra vez será.

La verdad es que nuestro objetivo principal del viaje es ver Orices, es un capricho por que en el fondo sabemos que casi no hay en libertad, y los pocos que podemos ver están en una reserva natural.No somos capaces de llegar, me temo,consultando los mapas de google earth, que hemos debido quedarnos a unos 100 km.

Pero da igual ,aprovechamos para hacer un sendero en mitad del desierto, un desierto distinto al que estamos acostumbrados, mas parecido a una sabana.Vemos camellos en libertad, que se dejan fotografiar de cerca, y por instantes, nos sentimos en mitad de la nada, la verdad es que es una sensación única.Ver las caras de mis copañeros de viaje, Carlos y Miguel,demuestran lo acertado de la paliza de viaje.

Cae la tarde y aprovechamos para dar una vuelta por el mercado de frutas, ver los camellos para turistas y comprar esencia de rosas de Taif, muy apreciadas por los perfumistas de todo el mundo.
Poco a poco, voy cubriendo cada vez mas territorio en Arabia, creo que de la zona oeste del pais solo me queda la Islas de Farasan frente a las costas de Jizan, casi en la frontera con Yemen.Pero eso será otra aventura.

Mar Salama...